Tras su
relativo éxito en diversos festivales con “Attenberg”,
Athina Rachel Tsangari regresa con
esta relato críptico sobre el proceso ritual de iniciación de seis muchachas en
una mansión aislada del resto del mundo en el archipiélago de las Cícladas,
sometidas más o menos gustosamente a los designios de una figura diríase mitad
materna, mitad pontificia.
En apenas treinta y cinco minutos, Tsangari entrega una obra que quizás por
su naturaleza merece tener cabida más propiamente en museos y galerías de arte
que en cines o televisiones. La directora griega recurre a la introducción de
pequeñas animaciones intercaladas dentro de este cuento perverso y perturbador,
dolorosamente bello, que cuenta entre su elenco actoral con la angelical Clémence Poésy (“Gossip Girl”, “Harry
Potter y las Reliquias de la Muerte”).
Una ejecución finísima en la muestra de
espacios, atmósferas y texturas y varios puñados rebosantes de imágenes apabullantes
son las características esenciales en este mediometraje que bebe de numerosas
fuentes: el surrealismo de la pareja Buñuel-Dalí, una carga poética visual
simbólica que oscila entre Tarsem o
el mismísimo Matthew Barney, la
complejidad y la querencia por el reverso oscuro de David Lynch e incluso la vistosidad, elegancia y arrebato sensorial
de Helmut Newton o Steven Meisel para Vogue.
Se pudo ver (sólo en un pase, ejem) en el Festival de Cinema d'Autor de Barcelona.
Arte libre en toda su acepción. Breathtaking. (9/10)